ANDORRA.- Agosto 2011

Hacía ya tiempo que no me dignaba a añadir crónicas a mi blog. Si es cierto que ha habido muchas salidas desde la última aquí registrada (Cofrides), pero el no encontrar el momento para redactar ha hecho que ahora, casi 15.000 Km después, sea cuando continúe con una nueva crónica; en éste caso, la de nuestro viaje a Andorra.
En ésta ocasión, ha sido más que un viaje a Andorra. Hemos seguido ésta ruta con regreso por Huesca, Zaragoza y Teruel. En total, algom más de 1330 km; recorridos todos ellos en calma, sin prisas y combinando turismo viajero con turismo cultural, senderismo y relax.
Primer día: Alginet-Alcalá de Chivert (168 km)

Salimos de Alginet el Viernes 12 de Agosto por la tarde. Maribel tiene dolores lumbares y no queremos hacer largas tiradas, así que decidimos avanzar parte del viaje haciendo primera escala en Alcalá de Chivert. El pronóstico del tiempo no era muy bueno, ya que anunciaban tormentas por el norte de la Comunidad Valenciana. Por suerte llegamos a Alcalá si problemas, aunque una vez allí, descargó una buena tromba de agua.

Alcalá de Chivert, pese a estar muy próximo a las playas de Alcocebre y Peñíscola, mantiene sus hábitos de pueblo. Gente muy cordial; todo el mundo conoce a todos y los saludos por la calle entre sus ciudadanos eran constantes.

Como pronto comenzó la tormenta, tuvimos que abandonar el paseo, cenar y prontito a dormir.

Segundo día: Alcalá de chivert - Andorra (365 km)

Amanece fresco tras la tormenta de anoche. El cielo está despejado y todo invita a disfrutar de la moto.

Desayunamos y reemprendemos nuestro viaje. Tras un par de paradas para descansar y estirar las piernas, llegamos a Andorra con una temperatura ambiente sorprendentemente elevada. El paso por los túneles resulta refrescante y se agradece. Llegamos a nuestro hotel en Erts, descargamos el equipaje y desde la habitación, comenzamos a oir el fuerte golpeteo de la lluvia...¿dije lluvia?, no, ¡estaba granizando!. Bueno, una vez más salvados por la campana. He de reconocer que somos gente de suerte.

Una vez en Andorra, las excursiones de moto-senderismo, combinado con una tarde de relax en Caldea, fueron la constante de tres agradables días.

 Una de las excursiones, fue al famoso "Coll de la botella"

También, como no, subimos con el teleférico a las pistas de Arinsal donde nos sorprendió ver cómo se han espabilado los Andorranos, para utilizar sus instalaciones de sky con una alternativa de verano: El descenso extremo en bici. ¡No os podeis imaginar la de gente en bici!.

Tras las agradables marchas senderistas, por cierto, ¡vacas por todas partes!, el merecido descanso en Caldea. Siguiendo indicaciones del personal de información, optamos por acudir a medio día, exáctamente a las 14h. Prácticamente no había nadie a esa hora y pudimos disfrutar de 3 horas de circuito relajado y a nuestro aire.

También hubo tiempo para la gastronomía. Cenamos de maravilla en éste asador de Erts:

Martes 16: Andorra - Zaragoza (325 km)

Él Martes 16, dejamos Andorra y nos dirigimos hacia Huesca. Ésta fue la parte más motera de todo el viaje. Primero la carretera L-511 desde Coll de Nargó hasta Tremp y después la C-1311 desde Tremp hasta Puente de Montañana, ¡no tiene desperdicio!. Paisajes impresionantes, curvas, más curvas y muchas más curvas.

 Con un calor sofocante (textualmente sofocante, si), llegamos a Zaragoza y buscamos un hotel dónde refrescarnos. La temperatura en los termómetros de la ciudad alcanzaba los 39º y dentro de los trajes de "romano" de la moto...nos derritíamos.

Tras la ducha, dejamos la moto en el parking del hotel y nos vamos al centro en autobús. Era la mejor opción para evitar el calor.

 En la plaza del Pilar, los niños sofocaban su calor remojándose en las fuentes. Llegó la hora de cenar y la temperatura todavía era de 34º

Miércoles 17: Zaragoza - Mora de Rubielos (215 km)
No madrugamos para salir de Zaragoza y al hacerlo, ya estaba nuevamente el calor apretando.
Llegamos a Mora de Rubielos, donde comimos y el desagradable recuerdo de calor del día anterior nos impulsó a decidir hacer noche allí. Nos alojamos en un hotelito junto al ayuntamiento. La ciudad, la conocíamos sólo de paso, así que visitamos durante la tarde cuanto pudimos. No nos defraudó.

Al acostarnos, nos damos cuenta con horror, que el campanario de la iglesia daba justo a la ventana de nuestra habitación. El hotel, como es típico en esas zonas habitualmente frías, sin aire acondicionado, es decir, manten las ventanas abiertas y no duermas por las campanadas, o cierra las ventanas y tampoco duermas por el calor. Bueno, mal durmiendo, lo soportamos.

Jueves 18: Mora de Rubielos- Alginet (152 km)

Por la mañana, tranquilamente y con muy buena temperatura, emprendimos el regreso a casa.

¡Otro viaje inolvidable en nuestras vidas! habiendo totalizado algo más de 1332 km con un consumo medio de 4,97 l / 100km