Ésta vez se trataba de una salida social con gente del Vstrom Club.
Organizado desde hacía bastante tiempo, sólo faltaba esperar que el clima nos permitiera disfrutar del fin de semana.
Era la primera vez que Maribel venía de artillera en una salida con el club, de manera que aunque el grupo ha quedado en Sagunto para desde allí acudir a Alcañiz, decidimos viajar "más tranquilos" por lo que quedamos con Ramón y Mª José (Xeroni y artillera), para desde Benifaió hacer la ruta por nuestra cuenta. Decidimos tomar ésta ruta.
La mañana era fresca, salimos todavía de noche de Alginet y seguía siéndolo al encontrarnos con Ramón y Mª José. Llevamos un buen ritmo por la autovía y una vez nos adentramos en Ares del Maestre, donde paramos a almorzar, la temperatura era de 11ºC. Lamentaba haber salido con la ropa de verano, aunque con un polar bajo y el forro de nylon puesto en la chaqueta, se aguantaba bastante bien.
Finalmente, llegamos a Alcañiz y simplemente siguiendo a otros miembros del Vstrom Club, localizamos rápidamente el Hostal en la Plaza de Santo Domingo
Por cierto, chulísimo el dispensador de cerveza del hostal.
Como siempre, el ambiente motero, extraordinario, compañeros que hacía tiempo no veía, otros más habituales, también estaban allí. Una buena organización hizo que rápidamente en la recepción, cada uno supiéramos el número de nuestra habitación y recibiéramos un pack de souvenir de la villa, junto con las instrucciones de lugar y hora de las comidas, etc.
Nos fuimos al poco tiempo a comer al Hotel Villa de Alcañiz.
En la foto y de izquierda a derecha, Xavi y Artillera, Ramón, Mª José y Maribel
Durante la comida, bolsa sorpresa de regalo para todos. Bien!!
Por la tarde, excursión al circuitode Motorland. Nunca hubiera pensado que me pudieran interesar esas cosas, la verdad; mis objetivos sobre la moto son otros bien distintos, sin embargo, he de decir que me resultó tremendamente interesante. Conocer cómo funciona la organización de una carrera, la sala de control, la de prensa, la coordinación con los medios de seguridad...una pasada!
La "Susi" en primer plano, ¡menuda máquina!
La sala de control de carrera, desde el puesto del Director de Carrera. En frente, las distintas pantallas que controlan todo el recorrido de la carrera. Sin perder detalle.
De vuelta al hotel, nos preparamos para la cena. Somos un grupo
numerosísimo y llama la atención las dos gigantescas mesas en las que
nos han tenido que colocar. Durante la cena, buen ambiente, aunque un
poco escandaloso, para mi gusto; tal vez mucho para el de Maribel, pero
lo pasamos bien, que era de lo que se trataba.
Tras la fiesta más o menos prolongada durante la noche, al día siguiente tenemos desayuno concertado en la Plaza de España. Nos trasladamos allí con todos los trastos a cuestas en la moto.
Desde allí, tenemos concertada una visita a los pasadizos subtarráneos de la ciudad. Ciertamente interesante, la verdad; además para mí fue toda una sorpresa, porque no tenía ni idea de que estaba prevista esa visita. Nos gustó mucho.
Finalizada la incursión en los túneles subterráneos, nos dispusimos para la excursión al Santuario de La Virgen de Balma. El día era estupendo; soleado, claro y fresco, que no frío.
Muy bien coordinados por los organizadores, salimos de la ciudad y poco a poco fuimos alejándonos de ella rumbo al Santuario.
Además de una excursión muy placentera, el Santuario nos encantó. Su ubicación, las vistas desde la parte superior. Sin duda, valió la pena.
Como puede apreciarse, el día acompañaba de verdad. Precioso, ¡sí señor!
Haciendo un poco de "trogloditas" por el interior de los túneles del Santuario
Uffff, ¡qué vertigo!
La capilla se pegó fuego años atrás y sigue el rastro de humo en el techo. Evidentemente, todo el mobiliario hubo de ser sustituido.
Tras la agradable visita al Santuario, el día levantaba y el calor empezaba a apretar. ¡Suerte que íbamos de verano!. Comenzamos ruta hacia Mirambel. No conocía éste pueblo y me pareció encantador. Durante la comida, como siempre muy buen ambiente, aunque, eso sí, los tímpanos acabaron retumbándome por el griterío de unos y otros.
Desde allí, pasando por Morella, volvimos tranquilamente a casa.
Un fin de semana EXTRAORDINARIO. Muchas gracias desde aquí a quienes se encargaron de la organización. ¡Un diez!.
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