domingo, 7 de junio de 2015

MARRUECOS 2015

     Después de muchos años de planificar un viaje largo y tras anular varios proyectos por motivos laborales, finalmente éste año nos ha llegado la oportunidad y nos hemos metido en la aventura de viajar a Marruecos. Era ahora o nunca; los años no pasan en balde y la energía de hace unos años, va poco a poco desvaneciéndose; ¡es lo que tiene hacerse mayor!
    Éste es el viaje que hemos planificado:

    Salimos de Benifayó el 29 de Marzo con un tiempo extraordinario. Una temperatura suave, buen sol y buena visibilidad con colores intensos por donde miraras.
    Nuestro primer destino programado: GUADIX. La distancia desde Benifayó s/ el Sr. Google es de 423 km, que encajaba con el máximo que queríamos hacer en un día.
    En otras ocasiones, antes de un viaje Maribel había rodado bastante conmigo en la moto; en ésta ocasión, por unas razones u otras, prácticamente nada en los 3 meses precedentes al viaje; temía que no pudiera aguantar.
    Hicimos alguna paradita por el camino, como ésta en Velez-Rubio.

   Finalmente llegamos al hotel que teníamos reservado en Guadix. Francamente muy bien y con un precio muy contenido.






    De allí, vueltecita por la ciudad de Guadix provincia de Granada. Estamos casi en Semana Santa y en Andalucía ya se sabe que la semana santa es toda una tradición!



   Una cervecita en un agradable barecito y vuelta al hotel!





















Por la mañana, salimos no demasiado abrigados y conforme nos acercábamos a Sierra Nevada, la temperatura iba descendiendo bruscamente... nada que no pueda soportarse durante las vacaciones!!!
Posamos un poquito para conservar recuerdos!!
De aquí, ya la siguiente parada en Algeciras. No teníamos billete de barco ni teníamos claro los horarios, aunque sabíamos que con una u otra compañía, las salidas eran muy frecuentes.
Hacía cerca de 10 años de nuestro último viaje a Marruecos en barco y nos encontramos con que los billetes ya no los expedían donde entonces. Un poco de stress y al final, fuera del recinto portuario compramos los billetes con la compañía FRS. Nos dijeron que nos diéramos mucha prisa porque estaba a punto de salir el barco. La realidad es que tuvimos una espera de más de 1 hora.
 Por fín dentro!!!

Al llegar al puerto de Tánger esperábamos el acoso de los 40 voluntarios que se ofrecen a "agilizarte" el trámite aduanero por unos pocos dirhans. Sorprendentemente, ni un sólo marroquí apareció como antaño, de hecho, me tocó preguntar a un aduanero uniformado cuáles eran los documentos a rellenar, ya que lo tenía completamente olvidado.
De repente ¡HORROR! el GPS de la moto no funciona en Marruecos!!!!!
 Como además soy tan botarate, en todos los viajes me pierdo donde parece más fácil. Entramos en el centro de tanger; en lugar de coger la carretera que va a la Free Zone, junto al aeropuerto (habré hecho ese recorrido más de 500 veces mientras trabajé allí), pues cuando me descuidé estaba en la carretera de Chefchauen. Bueno, al final llegamos al Ibis de la Free Zone...¡¡buenos recuerdos!!

Al día siguiente, ya 31 de Marzo, seguía brillando el sol e imperando el buen tiempo. Ponemos rumbo a Casablanca; apenas 330 Km y todos ellos por autopista. Salimos a las 9h30 y pese a la autopista, el recorrido fue muy placentero. Más parecía estar en Asturias que en Marruecos; cosas de la primavera. Verde por doquier, vacas y la típica agricultura Marroquí... cientos de personas azada en mano agachados encargándose de los cultivos.

Antes de salir, habíamos buscado alojamiento por internet, pero como la ciudad es gigantesca y en ausencia del GPS, preferimos no efectuar ninguna reserva y parar en algún hotel que nos pareciera céntrico y cómodo.
La entrada en Casablanca, a hora punta de salida del trabajo antes de comer... HACEN FALTA MIL OJOS!, te la vas jugando en cada rotonda, cruce, recta o curva...son suicidas, o más bien asesinos al volante.
Encontramos otro IBIS (parece como si estuviéramos abonados a ellos), éste muy bien situado, cerca del puerto. Nos asignan una habitación en el piso 12; con vistas espectaculares de la ciudad.

Casablanca es una ciudad de grnades contrastes, donde se mezcla la miseria más profunda con la ostentación y el lujo. No sé si por eso, pero me resultó una ciudad interesante de visitar.





Llama la atención casi desde cualquier punto, la gran mezquita de Hassan II. 
Es la más grande de África con el minarete más alto del mundo, con sus 210 m. Fué construida con la aportación de TODOS los marroquís; ¡¡eso es democracia!!.


El interior de la mezquita es ¡¡una auténtica pasada!!


 Es como una de las grandes catedráles góticas europeas, pero contruida en pleno siglo 20; de hecho fue inaugurada en 1993.
 Nos dijo la guía, que había sido construida EN 5 AÑOS.   ¡¡¡¡¡¡JAJAJAJJAJAJA!!!!!! aún estoy muriéndome de risa... después de muchos años viviendo con los árabes...¡¡que me vengan con batallitas!!. A ver si fué un problema de idioma y quiso decir 5 siglos, jijijiji

Tras una larga caminata, nos dirigimos al zoco. Muy pequeño para lo enorme de la ciudad, la verdad, pero con encanto.
                       
































...¡SORPRESA!, No son Gremlins, SON TARSIOS, sí, Tarsios, como yo; bueno, sólo de nombre, eh!
Se trata de un minúsculo mono que en determinados lugares son privados de libertad para convertirlos en mascotas. Apenas tienen el tamaño de una mandarina.
 

Tras 2 noches en Casablanca, nos despedimos de la ciudad y emprendemos rumbo Marrakech



El siguiente destino de nuestro viaje: Marrakech. Una vez fuera de Casablanca y tras sortear a más de un loco conductor que parecía empeñado en tirarnos al suelo, nos encontramos con un día un poco bochornoso; nublado pero no del todo y con bastante calor, especialmente a medida que nos acercábamos a Marrakech, concluyendo con un SOL en mayúsculas y más de 36º allí.




¡Cómo no, otro IBIS!, parecen tener imán para nosotros, aunque éste no nos resultó muy práctico, la verdad, ya que estaba a 5 km del centro de la ciudad. ¡Lo intentamos!, vaya que sí. Con la moto cargada hasta las orejas anduvimos buscando hotel por toda la ciudad, pero no encontramos nada libre, al menos en la gama de hoteles que andábamos buscando.
Desde allí, finalmente, visita a la ciudad 



La mezquita KOUTOBIA es una construcción gemela a la Giralda de Sevilla; es curioso la cantidad de cosas que nos unen con la cultura árabe mal que nos pese.

Al fondo de la imagen de abajo puede apreciarse el Atlas recubierto de nieve.
¡¡Cuesta creerlo cuando la temperatura es de 36ºC!!


























A tan sólo unos pasos se encuentra la famosa plaza de Jamaa el Fna; tengo que decir que hay que verla, porque si no lo haces nadie creerá que has visitado Marrakech, sin embargo y pese a que algún aspecto resulta pintoresco, no me pareció interesante desde mi punto de vista; excesivamente artifical en donde los locales se esfuerzan por vender una imagen exótica y desenfadada de su cultura y sus costumbres; imagen muy alejada de la realidad. Yo diría que es un "producto turístico" exitoso, por otro lado.

Todas las terrazas que cierran la plaza, son cafeterías restaurante en las que "te aseguran" la mejor cocina tradicional del país. ¡Bueno!




En determinados momentos, me da la sensación de que el peligro en Marruecos no está en los jihadistas, jejeje!!



Anduvimos muchísimo, pateamos todos los rincones de Marrakech que nos habían dicho que podían ser interesantes. Para ir desde el hotel a la ciudad, decidimos olvidarnos de la moto (los cascos, las chaquetas pesadas, etc) y coger un taxi, (ya sé, resulta un poco pijo, pero es lo que hay!).
Tras el pateo, cenamos en un restaurante típico que lamentablemente nos decepcionó, mucho más que por la comida, por el servicio que llegó a ser exasperante. El local, no obstante, estaba acogedor y no cenamos mal.
Al día siguiente, nos preparamos para salir rumbo a Beni-Melal. Nuestra intención es visitar allí las famosas cascadas de Ouzoud.


La temperatura era suave, de modo que resultaba muy placentero ir en moto. A medida que nos acercábamos a Beni-Melal, la temperatura fué subiendo ligeramente, nada que llegara a molestar.
Habíamos salido sin realizar ninguna reserva de hotel, con la esperanza de encontrar plaza en el hotel Ouzoud, donde 2 días antes habían estado nuestros compañeros del V-Strom Club. Lamentablemente, el hotel resultó estar completo y tuvimos que continuar.
Al final encontramos un hotel de apariencia extraordinaria; 4 estrellas, con habitaciones que parecían salones de baile. Como no había muchas más opciones y aunque el precio se nos salía de la previsión, decidimos alojarnos allí


Una vez alojados, salimos a comer algo y a informarnos de nuestra prevista escursión a las cascadas.
Encontramos un restaurante de carretera que resultó ser el más limpio que jamás había encontrado en Marruecos. Hay que decir que era muy, muy nuevo.
Tras indigar un poco, nos sorprendió saber que las famosas cascadas estaban a 75 km de nuestro hotel. Con todo y con ello, nos pusimos rumbo a ellas.
Bueno, pues son preciosas, pero después de dos horas pegando vueltas, no encontramos la carretera que conducía a ellas. Es lo que tiene ir con un GPS que no incorpora carreteras de Marruecos!!!
Además y por si fuera poco, la tarde que había comenzado bien, acabó en lluvia intensa con lo que...se nos fueron las ganas de seguir intentando encantrarlas.
Al día siguiente, nos preparamos para ir hasta Fez. Es un destino que nos apetecía mucho. Años atrás, trabajando en Tánger habíamos planeado varias veces ir a Fez, pero por una u otra razón, al final nunca fuimos.
 Al salir de Beni-Melal, chisporroteaba un poco la lluvia, cuanto a penas. Nos equipamos con los trajes de lluvia y con ellos estuvimos todo el trayecto.
Poco a poco fuimos ascendiendo; Khenifra, Arzou...el tiempo nos venía respetando. Al llegar a Ifrane, parecíamos estar dentro de las nubes. Éstas iban espesándose por momentos y con ello, la visibilidad iba disminuyendo. Casi de golpe, nos vimos dentro de una espesísima niebla, con visibilidad de no más de 10 m y rodeados por conductores camicaces para los que parecía que "ver", no era una necesidad al volante. Los más, circulábamos muy despacio y todos en fila. Cada vez que se producía una retención, mi inquietud por no ser arrollado por el de atrás, llegaba a estresarme. 
Después de unos 20 km de "alta tensión", nos cruzamos con las primeras motos. Fue como si nos hubiésemos encontrado con nuestros familiares más cercanos, la alegría tanto de ellos como nuestra quedó más que patente.
Poco después y ya en el descenso del puerto de montaña, la niebla comenzó a remitir. UFFFFF, qué alivio!!!. Maribel tenía dolor de TODO, de tanta fuerza que había hecho desde su posición de artillera, sabiendo que no tenía otra que confiar plenamente en mí y sufrir en silencio.
En cuanto entramos en Fez, necesitamos parar, comer algo y relajar un poco la tensión.
 
Llegamos al hotel que habíamos reservado la víspera, como habitualmente hacemos. No estuvo mal, espacioso, cómodo y limpio


Descargamos los trastos y puesto que al día siguiente teníamos previsto continuar viaje, nos apresuramos a salir a visitar la ciudad. Nos dirigimos al zoco
El zoco de Fez resulta muy interesante. Como es frecuente, cda pocos metros te incitan a tomar el mejor café o té del mundo y a disfrutar de la mejor vista de la ciudad, que siempre es la que ofrece la terraza de la cafetería de quien te habla.




























Al día siguiente, salida nuevamente hacia Tánger. Buen tiempo, aunque salimos con algo de viento.
Poco a poco el viento fué aumentando su fuerza, hasta que al acercarnos a Tánger, en donde hay varias zonas con avisos de "Atención, peligro, fuerte viento lateral"; allí soplaba con tal violencia qye en dos ocasiones a punto estuvimos de irnos al suelo. Bueno, quedó en eso, en susto. Por fín embarcamos de nuevo pasa volver a Algeciras.
Tras cruzar el estrecho, el cielo fué oscureciéndose lloviendo intermiténtemente. Como no teníamos ganas de sufrir, decidimos hacer noche en Marbella


Desde Marbella, tranquilamente y al día siguiente hacia Lorca. Llovía y no queríamos pagarnos una paliza de kilómetros. Lorca era ideal para hacer escala.

 La lluvia poco a poco estaba dejando a "la susi" indecorosa















La estancia en Lorca resultó poco excitante, sobre todo porque se pasó el tiempo lloviendo y no pudimos visitar el castillo como hubiéramos querido. Al día siguiente, emprendimos ruta ésta vez ya hacia casa.
Han sido un total de 3310 km apasionantes. Hemos disfrutado, aún cuando en determinados momentos hemos sufrido.
PRONTO LA PRÓXIMA!!!


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