Otro verano más hemos decidido viajar en moto. Ésta vez elegimos "los picos de Europa" como destino.
No nos gusta darnos "palizones" de moto y como otros años, buscamos recorridos diarios que no lleguen a 400 km. Es una buena manera de disfrutar del camino, tanto como del destino.
El viaje total previsto era en principio éste:
En ésta época del año resulta difícil saber la climatología que te espera en los distintos puntos del viaje así que nos llevamos algo de ropa de abrigo y por supuesto, los trajes de agua. La previsión en el norte es de lluvia.
Salimos tempranito de Valencia; a eso de las 7h30' del día 2 de Agosto, en el primer tramo del recorrido nos da miedo el calor, que cuando aprieta termina resultando muy desagradable. Afortunadamente, la mañana es fresca y llegamos hasta Cuenca con excelentes sensaciones térmicas; ni frío ni calor.
En Cuenca paramos un rato a tomarnos un refresco; no era en ésta ocasión nuestro objetivo visitar la ciudad, ya que lo haríamos al regreso.
Seguimos hasta Sacedón, provincia de Guadalajara, donde sí haríamos escala.
Las vistas desde lo alto del pueblo, muestran el pantano; principal aliciente del lugar.
Sinceramente, nos decepcionó un poco. Tal vez fuera por el calor que aquí sí hacía, tal vez porque en internet están un poco exageradas las "maravillas del lugar". Por si fuera poco, uno que cuando sale de vacaciones en ocasiones desconecta tanto del mundo que se olvida hasta de cómo se llama (o sea yo), estando en la parte más alta aseguré los cascos a la moto con un candado y cuando fuimos a recuperarlos... la llave se había quedado en el hotel. Bueno, media horita de ida y otra media de regreso resolvieron la falta de memoria, uuffff!
El siguiente salto era a Burgos. Poco antes de llegar, nos desviamos para visitar la ciudad monumental de Lerma; es una ciudad encantadora. Es el principal conjunto arquitectónico "herreriano" o "escurialense" de España.
No muy avanzada la mañana llegábamos a Burgos. Nuestro hotel estaba en las afueras de la ciudad, pero lo suficientemente cerca como para ir al centro andando. De hecho, estaba ubicado frenta a la Facultad de Derecho, cuyos edificios y jardines son envidiables.
La visita obligada a la ciudad de Burgos, nos llevó por todos los rincones de la ciudad y por supuesto, a la Catedral, eso sí, despues de una buena comida en un asador donde nos trataron francamente bien y donde tuvimos ocasión de probar la famosa "morcilla de burgos". El lugar se llamaba "Asador Los Trillos"
El famoso "Papamoscas"; cuando dan las horas, la mandíbula del "susodicho" se mueve enérgicamente como si quisiera comerse las moscas que por el aire merodean.
Coincidimos con una celebración matrimonial de alto postín; éste era el coche que llevaban los novios.
Durante una visita turística por la ciudad con "el trenecito"
Desde Burgos, nos dirigimos ya a Cantabria. Concretamente en Turiena, a 2 km de Potes pasaremos los dos próximos días.
Por el camino, paradita reconfortante con café incluido en Cervera del Pisurga. El día estaba precioso, la temperatura, 16ºC, algo fresca, aunque al sol se estaba de maravilla.
Tras descargar trastos en el hostal, nos vamos a Potes a curiosear la población.
Una de las visitas en la población es a "La Torre del Infantado", donde se narra con audio-visuales la visión apocalíptica del mundo por Don Tello, Señor de Liébana. Desde la parte superior ofrece unas preciosas vistas de la población.
Desde allí, muchas son las excursiones que podían hacerse, así que elegimos las más accesibles. Subimos al Santuario de Santo Toribio de Liébana, cuya arquitectura interior mozárabe es muy similar a la de la mezquita de Córdoba, aunque anterior. Allí dicen conservar el resto original más grande del mundo de la cruz de Cristo.
Muy cerquita, a un paseo, está el mirador de la Hermita de San Miguel
El mismo día, subimos hasta Fuente Dé donde se encuentra el teleférico que asciende hasta donde deja de verse. Lamentablemente, decidimos dejar para el día siguiente el acceso hasta lo alto y perdimos una buena oportunidad, ya que al día siguiente amanacería muy nublado y con visibilidad nula arriba.
Al día siguiente, como decía nublado, hicimos una marcha de senderismo. Se trataba de una ruta circular de unas 2 h partiendo de Brez, en donde se encuentra ésta peculiar torre.
Durante la excursión, vimos las babosas más grandes que nunca había visto. ¡¡Vaya bichos!!
La suerte del día nublado, hizo llevadera la caminata, aunque comenzamos con demasiada ropa, incluidos chubasqueros. Al final...calor!
Las callejuelas de Potes, dan mucho de sí para las fotos
Desde la habitación del hostal (Hostal Javier en Turiena), teníamos vista al parking-jardín. El sitio nos resultó muy agradable, además, Javier fué un anfitrión extraordinario.
Ufff!, casi me equivoco de moto!! . Pese a la mancha de aceite del suelo, ésta Ducati 200 cc parecía muy bien mantenida y cuidada. En mi infancia la miraba y soñaba con algún día tener una así.
Llega el momento de abandonar Cantabria y emprender el camino hacia Asturias; el objetivo es Cangas de Onís y para ello atravesamos el precioso desfiladero del valle de Liébana
Amenaza lluvia, pero el tiempo nos respeta y nos deja hacer todo el recorrido sin mojarnos.
Al llegar a Cangas de Onís, dejamos las cosas en el hotel y nos damos una vuelta por la ciudad.
Por la tarde, visita al Santuario de la Virgen de Covadonga. Pese a no haber sol, es una visita que ciertamente merece la pena.
Del Santuario, por la tarde y ante la dificultad por el clima de subir a los Lagos de Covadonga, decidimos hacer los 21 km que nos separaban de Ribadesella. Por desgracia, una vez allí comezó a diluviar como nunca antes me había ocurrido viajando en moto. ¡Bueno!...SIIIII, NOS CHOPAMOS.
Siguiendo el cauce del río Sella, nos dirigimos a Riaño. La carretera, aunque tortuosa, no tenía desperdicio; eso sí, nos costó llegar a Riaño lo que no está escrito, la fina lluvia y las pronunciadas curvas se encargaron de obligar a una marcha más que prudente.
Éste es el aspecto que mostraba Riaño a nuestro paso. Tras una pequeña parada para descansar y tomar un café, seguimos hacia provincia de Valladolid; nuestro próximo objetivo: PEÑAFIEL
Allí, realizamos varias visitas interesantes, la plaza de toros, construida en una plaza rectangular del pueblo...muy pintoresca y también el famoso castillo de Peñafiel del siglo X y recientemente restaurado. En él, se ha alojado el "museo del vino". La zona tiene los mejores vinos de denominación de origen "Ribera de Duero", como los de la bodega PROTOS.
Bodegas PROTOS
El castillo de Peñafiel tiene, visto desde arriba, forma de buque y desde el centro da la sensación de ir navegando por entre los viñedos, tan abundantes por allí.
De Peñafiel, nuevamente a Cuenca. Una vez allí, nos alojamos en un Novotel y nos sorprende que con un estandar extraordinario, nos resulta más barato que muchos de los hostales mediocres que hemos utilizado en Cantabria o Asturias.
Un total de 2400 km de intenso disfrute.
¡Tenemos que preparar ya el próximo viaje!
Sigue, sigue con las fotos.
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