Como siempre que voy con Maribel, me vuelvo extremadamente prudente de modo que decidimos ir sólos, para encontrarnos en Andorra (Teruel) con el resto del grupo. Optamos por una ruta cómoda:
Salimos sin prisas y paramos a desayunar cerca de Segorbe. El día parece que nos lo hayan puesto a propósito para el evento; mejor imposible.
Hasta Teruel, la carretera es bastante aburrida, aunque a partir de allí, el trazado es divertido y el paisaje agradable; seco, pero agradable...con "encanto".
Llegamos al destino a las 12h15' y para mi pesar, estaban ya esperándonos. Cinco minutos para dejar cosas en la habitación del hotel y rápidamente de nuevo a la moto para ir hacia el lugar de la comida
La comida nos la han organizado en el Restaurante Castellote de la localidad del mismo nombre, a unos 35 Km de Andorra, donde se encuentra el Hotel.
En la comida coincidimos con Manuel y Chelo, de Alboraya con quienes habíamos ya coincidido en otras salidas. Gente muy agradable, por cierto.
Comemos extraordinariamente bien, aunque he de decir que viene siendo "habitual" en las salidas con el club... ¡terrorífico para la "panchita"!
Después de comer, tenemos prevista visita a las "Cuevas de Cristal" en la población de Molinos, con lo que recorremos 17 km más en perfecta alineación:
La visita a las cuevas, lleva unos 30 minutos y como somos un grupo tan numero (más de 70 personas), tenemos que dividirnos en dos grupos, así que nos esperamos al segundo turno holgazaneando un poco por los alrededores de la cueva:
Al entrar en la cueva, nos sorprende ver que en un paraje tan seco y pelado, pueda haber una cueva con tantísima humedad. La cueva se encuentra repleta de estalagtitas y estalagmitas, algunas de ellas impresionantes. El guía, al que inicialmente parecía faltarle "un regao", resultó un cachondo con un inteligente sentido del humor. Pasamos un buen rato, además de que la cueva resultara más que satisfactoria.
Tras la visita a la cueva, llega la hora de "reponer fuerzas". La organización ha previsto unos vinos con pastas en la población Molinos. Al llegar, el suelo adoquinado y las fuertes pendientes de la población, hacen que un par de compañeros besen el suelo; nada serio, afortunadamente.
Por unos instantes, nos apropiamos de la población y pasamos a ser la atracción de los oriundos de la población.
Ya de regreso en el hotel, pronto se hizo la hora de la cena. Una vez más, ¡para chuparse los dedos!...¿¿o será que soy un gola sin remedio??. Durante la cena hubo entregas de regalos homenajes y muy, muy buen ambiente.
Después de la cena, mucha gente continuó la fiesta, nosotros dimos una pequeña vuelta por la población y nos fuimos a descansar.
Por la mañana, después del desayuno en el hotel, recogimos las cosas y nos dispusimos a hacer la visita al castillos de los Calatravos, éste sí, en Alcañiz.
La visita al Castillo, estuvo guiada por gente "muy puesta", por lo que resultó muy interesante. Un poco de cultura siempre viene bien. Como siempre, el buen ambiente estuvo presente en todo momento
Del Castillo de los Calatravos, salimos a hacer una "rutita"; eso nos dijeron. Pensamos que aún teniendo que hacer de regreso a casa cerca de 300 km, un pequeño paseo nos vendría bien, ya que la temperatura era extraordinaria y el día precioso. Seguimos al grupo y cuando nos dimos cuenta la "rutita" había sido de 100 Km.
Con buen apetito, nos dispusimos a comer. Como siempre con la buena compañía de los "compis".
Tras la comida, decidimos volver hacia casa acompañados de Manuel y Consuelo. No queríamos llegar demasiado tarde a casa y volvimos por donde fuimos, es decir, hasta Teruel por la N-420 para una vez allí coger la autovía A-23 hasta Valencia.
Otro fin de semana inolvidable!
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Emilia